El correo electrónico puede ser la claves para que las aseguradoras eviten fraudes

 

 

El fraude siempre ha sido un serio problema para las aseguradoras, sobre todo porque los delincuentes utilizan técnicas cada vez más sofisticadas y difíciles de rastrear. El sector ha hecho todo lo posible para erradicar este delito, principalmente a través del uso de controles que permitan validar la identidad de sus clientes; afortunadamente existen herramientas para detectar posibles fraudes de solicitud desde los primeros contactos con los usuarios.


Con la llegada de la pandemia los casos de fraude se incrementaron drásticamente, aunque antes de su aparición los casos ya aumentaban a niveles preocupantes. Las aseguradoras que sufren mayor número de fraudes son aquellas que manejan de forma deficiente la gestión de datos de sus clientes, lo cual genera la pérdida de ventas cruzadas, dificulta la precisión de la tarificación y provoca una mala experiencia para el usuario.


Si el sector busca darle a los consumidores una buena experiencia y ver hacia el futuro, está obligado a invertir en herramientas como big data, analytics, Inteligencia Artificial, nube y automatización, porque ayudarán a potenciar el elemento esencial para prevenir fraudes: la verificación de identidad. Para dar un paso hacia adelante, es fundamental que las aseguradoras tengan la posibilidad de obtener los documentos de identificación de sus clientes en un formato totalmente digital que permita validarlos con las fuentes originales y así establecer la autenticidad de la información. Las herramientas digitales permiten realizar todo lo anterior con rapidez, eficiencia y sin ningún tipo de esfuerzo para el cliente.


Uno de los problemas al que se enfrenta el sector para lograr acabar con los fraudes es que las técnicas actuales de identificación quitan mucho tiempo, además los controles de identificación son intrusivos y molestos para la mayoría de los usuarios, lo cual implica un gran reto para que las aseguradoras logren encontrar el equilibrio para protegerse a sí mismas y a sus clientes.


El correo electrónico puede ser la clave para acabar con los fraudes, porque se trata de un identificador global único y permanente que está vinculado a todo tipo de transacciones online, que quedan registradas en el mundo digital y que ofrece información clara sobre el comportamiento de un usuario, por lo cual es quizá la herramienta más efectiva para detectar fraudes. Analizar el email de las personas ayuda a saber si la identidad es verdadera o fraudulenta, mejora la experiencia del cliente, protege a las personas y respalda los procesos.


Fuente: Füture