Gestionar los riesgos emergentes de manera efectiva es fundamental para aumentar la resiliencia y garantizar que las aseguradoras puedan reaccionar de manera más eficaz ante situaciones imprevistas.
Los seguros pueden desempeñar un papel fundamental en la mitigación del cambio climático al incentivar prácticas sostenibles y proporcionar cobertura para eventos relacionados con el clima.